24/8/11



¿Te conectas a tu Cuerpo de Conciencia?

Como sabemos, nuestro cuerpo es como el Gran Olvidado, yo te pregunto si podés percibir lo que está sucediendo en este momento (¿lo sentís ahora?). Eso es estar en presencia, o sea, estar en tu conciencia integrada: percepciones de tu cuerpo, mente, emociones, entorno, intuición, energías, tanto!

Es de tal enormidad lo que recibimos como estímulos internos y externos que aprendimos a desconectarnos para no sucumbir. De hecho, los problemas psicológicos graves de muchos se deben a una sobrecarga de estímulos de toda índole que no logran explicar-se ni manejar. El problema de anestesiarnos es que terminamos viviendo en un cuartito de dos por dos, con una ventanita y con la puerta cerrada cuando podemos existir… en el Mundo. Terminamos en la repetición de los roles del Ego, en la seguridad de las personas y trabajos y lugares conocidos, en las limitaciones que dan tranquilidad, en la frustración de la mediocridad. Pensamos que no pagaremos un precio por ello y que, de cualquier forma, no es tan alto, hasta que el cuerpo comienza a pasar la factura.

¿Podemos dejar afuera lo que nos hace humanos divinos, el poderoso potencial que bulle adentro, la Luz que iluminaría las sombras que habitamos? Obviamente no. Para eso estamos aquí. Entonces, ¿por qué nos resistimos? Porque no estamos educados para ello y porque recién ahora las condiciones son amables para conectarnos. “¡Ahora! Con la crisis económica, los desastres naturales, los miedos disparados por los medios, el caos instalado en casa y afuera, etc.” dirás. ¿Y si todo eso fuera justamente una prueba de que estamos cambiando, de que el sistema como lo conocemos está autodevorándose por su misma incapacidad de proponer soluciones beneficiosas para todos en lo que realmente somos, Seres Espirituales en una experiencia humana?

El mundo capitalista que ha extendido sus dominios por doquier es el mundo del Ego. Parece extremadamente variado y complejo pero es pobre y complicado sin necesidad, ya que lo que hace es jugar los mismos juegos una y otra vez, buscando afuera la validación de un poder en el que no cree porque sabe en el fondo que no lo tiene. El poder está en otro lado: en ese mundo sutil que ahora está listo para que nos conectemos amorosamente.

Los que hemos sido pioneros en esta Nueva Energía notamos los trascendentales cambios que han sucedido en los últimos diez años y, sobre todo, en este año 2011. Hemos estado liberando mandatos, decretos, karmas, actitudes, formas-pensamientos, enfermedades de cientos de vidas para poder acceder al Cuerpo de Conciencia, a una concordancia pura a la Luz que somos. Esto implica una integración que va más allá de lo que conocemos y lo estamos haciendo sin recetas, aunque muchos las busquen desesperadamente afuera. 
¿Qué receta necesitamos si ya la tenemos, si ya vino con nosotros, si es simple y accesible?
¿Cuál es?  Dejar de poner tu atención en el Ego, en el exterior, en lo que “hay que hacer” (la receta favorita del Ego). Aprender a aquietar tu mente y descansar en tu vínculo a tu Maestro Interno, a tu alma, a tu Ser Superior, a la Fuente, no importa quién sea ni cómo lo llames. Tu Cuerpo de Conciencia sos Vos en todos los niveles, integrados y conectados, permitiendo que el camino que ya trazaste sea uno con el Todo, en este Aquí y Ahora. Sos Vos en la confianza de que, cuando abras tus manos y tu corazón a tu Guía interior, lo que necesitás saber y hacer llegará en el momento oportuno.

Sólo necesitás tranquilizarte, centrarte, estar en silencio, acallar las voces del Ego, 
aceptando, perdonando, responsabilizándote. 
Agradeciendo lo que eres y tienes, disfrutándolo. 
Abriéndote a lo que sueñas y permitiéndole existir. 
Y, sobre todo, amándote y amando. 
La clave suprema. 
Dejando que el Amor sea en Vos.
                                                                                                                       www.abrazarlavida.com.ar

16/8/11

Todos somos Peregrinos de la Vida


"Cada trecho recorrido enriquece al peregrino, y lo acerca un poco más a hacer realidad sus sueños."
                                             Paulo Coelho